Desarrollan antenas impresas en 3D que podrían ayudar a comunidades remotas.
Investigadores de la Universidad de Sheffield han desarrollado antenas de radio impresas en 3D que podrían usarse para llevar las redes de telefonía móvil más rápidas a personas que viven en áreas remotas.
Las antenas impresas 3D
Las antenas impresas en 3D se pueden producir más rápido y a un costo más bajo que las antenas que se utilizan actualmente en la industria de las telecomunicaciones, pero con el mismo rendimiento.
Actualmente, se utilizan actualmente para construir redes de telecomunicaciones, suelen ser lentas y caras. Esto dificulta la innovación, retrasa la creación de prototipos y dificulta la construcción de nueva infraestructura. Los investigadores de Sheffield han desarrollado un nuevo diseño que puede hacer que las antenas de radio sean más baratas y rápidas mediante la impresión 3D sin comprometer el rendimiento. Esta técnica significa que la antena se puede fabricar en horas y tiene un rendimiento similar al de las antenas fabricadas convencionalmente.
Como funciona antenas impresas
Utilizan nanopartículas de plata, que tienen excelentes propiedades eléctricas de radiofrecuencia y han sido probadas en varias frecuencias utilizadas por las redes 5G y 6G, hasta 48 GHz. Su ganancia y su respuesta en el dominio del tiempo afectan la direccionalidad y la fuerza de la señal que pueden recibir y transmitir con poca diferencia de las fabricadas convencionalmente.
La prueba de la antena se llevó a cabo utilizando el Laboratorio Nacional de Medición de Ondas Milimétricas UKRI, líder en la industria, en la Universidad de Sheffield. El equipo de medición puede medir sistemas en un chip y antenas de hasta 110 GHz, lo que es invaluable en la investigación de comunicaciones, como con antenas impresas en 3D.
El equipo que trabaja en las antenas impresas en 3D en la fábrica de ondas milimétricas está basado en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de Sheffield e incluye a Matt Davies, Benedict Davies, Sumin David Joseph, Steve Marsden, Eddie Ball y Jon Willmott. La investigación fue financiada por el Acelerador de Defensa y Seguridad del gobierno del Reino Unido y el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa.